San Juan Berchmans

Nuestro verdadero valor no reside en lo que los seres humanos piensan de nosotros. Lo que verdaderamente somos es lo que Dios sabe que somos.

San Pedro de Alejandría

Ya que la misericordia de Dios es grande en todos lados, bendigámoslo por ello y, también, porque él nos ha enviado el Espíritu de la verdad para guiarnos a la verdad completa.

Beata María Ana Sala

No consideres inútil el esfuerzo que no produce frutos inmediatos; ten paciencia y, con la ayuda de Dios, podrás ganar mucho trabajando en Su viña. Si, por casualidad, encontramos nuestro deber más allá de nuestras […] Read More

Beato Miguel Agustín Pro

Debemos hablar, gritar contra las injusticias con confianza y sin temor. Proclamamos los principios de la Iglesia, el Reino del amor sin olvidar que también es un Reino de justicia.

Santa Cecilia

Levántense, soldados de Cristo, arrojen las obras de la oscuridad y pónganse la armadura de la luz.

San Alfonso Ligorio

Nunca hubo ni habrá un ofrecimiento mayor de parte de una criatura pura o más perfecta que la que hizo María a Dios cuando, a la edad de 3 años, se presentó en el templo […] Read More

Papa San Pío X

¿No es María la Madre de Cristo? Entonces es nuestra Madre también. Y debemos, en verdad, sostener que Cristo, el Verbo hecho Carne, es también el Salvador de la humanidad. Tuvo un cuerpo físico como […] Read More

San Basilio el Grande

Ufanarnos de Dios está perfecto cuando no nos enorgullecemos de nuestra propia justicia sino que reconocemos que carecemos plenamente de la verdadera justicia y que hemos sido justificados, sólo, por la fe en Cristo.

San Basilio el Grande

Para alcanzar la santidad, entonces, debemos modelar no sólo nuestras vidas según la de Cristo siendo amables, humildes y pacientes, sino también imitarlo en Su muerte. Imitamos la muerte de Cristo siendo sepultados con Él […] Read More

Santa Catalina de Siena

Veo a la misericordia presion�ndote para darnos a�n m�s, cuando te quedas con nosotros como alimento para fortalecer nuestra debilidad, para que nosotros, tontos olvidadizos, nos acordemos para siempre de tu bondad.